Translate

martes, 20 de julio de 2021

Un whisky con hielo

Era una noche fría de otoño. El reloj marcaba las doce en punto. No había mucha gente en la calle. La gente sabía que no era conveniente pasearse por aquel barrio a esas horas. Albert, el barman de un pequeño bar llamado Chill, un bar que se encontraba en los oscuros rincones de la ciudad, estaba limpiando algunos vasos, cuando éste hombre entró por la puerta principal y se dirigió a la barra. El hombre se sentó en uno de los bancos que estaban cerca de la barra e hizo un gesto con las manos para que Albert se acercara a él. Albert se acercó, pero no le gustó el gesto del hombre. Se sintió como un perro. Así se siente trabajar, pensó.

- ¿Si? - dijo Albert.

- Un whisky.

- ¿Alguno en particular?

- Johnny Walker.

Albert se dio vuelta y tomó la botella de Johnny, pensando que había algo raro en aquel hombre, algo que no le causaba ningún buen sentimiento. Sirvió al tipo en un vaso. El tipo agarró el vaso y lo observó, analizándolo.

- Hielo. - dijo.

- Enseguida.

Albert colocó un hielo en el vaso del hombre.

- ¿Así o más? - preguntó.

- Así está bien.

Albert se quedó contemplando al hombre. Era un tipo de rasgos rústicos. Se notaba que había vivido. Tenía barba, unos cincuenta y pico de años, ojos tristes y una mirada desinteresada, como si nada le importara. Vestía una camisa negra, unos vaqueros azules y unas botas marrones. Parecía salido de una película de western. Sin duda, llamaba la atención.

El hombre encendió un cigarrillo y se quedó allí, observando el lugar. Albert notó que el hombre no era de la ciudad, o al menos eso sospechó, y decidió sacar conversación, después de todo, era un trabajo aburrido.

- Usted no es de por aquí, ¿no? - le preguntó.

El tipo lo miró de reojo, como con asco y desprecio.

- ¿Y a usted que le importa? - respondió.

Albert se quedó pasmado ante la respuesta del hombre. No sabía qué decir.

- Era sólo para sacar conversación. - replicó Albert y decidió cerrar la boca.

Un par de tipos entraron al bar, pero en cuanto observaron a éste extraño sujeto sobre la barra, decidieron marcharse. Algo raro había en aquel hombre.

Al cabo de 10 minutos, el tipo ordenó otro whisky. Albert se lo sirvió.

- Vine a buscar a alguien. - dijo el hombre.

Albert se sorprendió de que el hombre estuviera socializando con él y sólo atinó a decir:

- ¿Un amigo?

El hombre no contestó y siguió con su whisky. Albert se dio cuenta de la poca atención que le prestaba el hombre y decidió volver a sus asuntos.

Al cabo de otros 10 minutos, el hombre ordenó otro whisky con hielo y cuando Albert le acercó el vaso, el tipo soltó:

- No es un amigo.

- Ah... ¿Una mujer? - dijo Albert, sonriendo.

El hombre no hizo caso y siguió con su whisky con hielo. Jamás puso un ojo en Albert. Su cara era como una roca, sin expresión y con cierto resentimiento.

Albert estaba un poco incómodo, pero entendió el juego y decidió esperar.

Pasaron 15 minutos y el tipo ordenó otro whisky con hielo. Albert tenía curiosidad de lo que le diría el hombre. Preparó su whisky y se lo acercó, expectante. Entonces el hombre dijo:

- No es una mujer. - dijo el tipo, mirando a Albert a los ojos por primera vez.

- ¿Y qué es? - dijo Albert.

- Un muerto.

- ¿Un muerto?

Albert notó un bulto debajo de la camisa del tipo, pero no pudo hacer nada. Se quedó helado. Un escalofrío intenso recorrió su espalda en menos de un segundo.

Un ruido estridente desde el interior del Chill bar llamó la atención de algunos perros aquella noche. Pero a nadie le importó. La gente de la ciudad estaba acostumbrada a ese tipo de cosas.

El hombre salió del bar y se fue caminando despacio por una calle oscura y estrecha. La niebla se apoderó de su silueta mientras el tipo se alejaba fumando. Jamás volvió a pasar por aquel bar, ni por aquella ciudad y nadie supo nada más de él, por lo menos hasta ahora.